3 casos que han conseguido su trabajo ideal con Smartplacement

¿De qué manera los programas de Outplacement han ayudado a nuestros alumnos? En el siguiente artículo recopilamos tres experiencias con excelentes resultados. 

 

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Buscar un trabajo o cambiarse puede ser difícil si no cuentas con las herramientas necesarias. Hoy estamos ante un escenario desafiante que exige buenas estrategias de búsqueda, por lo que contar con la ayuda de expertos puede significar un gran alivio. 

Aquí te contamos la experiencia de tres de nuestros alumnos del programa de Outplacement. 

 

Fernanda Moya, ingeniera comercial

Después de ser desvinculada de la empresa en la que llevaba más de tres años, Fernanda no quería volver a postular a cargos que no la motivaran 100%. Parte del análisis que realizó durante el programa de Outplacement, fue sobre su despido y la salida de anteriores trabajos. “Es importante aclarar por qué llegas a que te despidan. En mi caso, el hecho de hacer un trabajo que no me apasionaba, se vio reflejado en mi desempeño y también en mi actitud. Estaba desganada y eso se notaba. Lo bueno es que entendí que no se trataba de que fuera una mala profesional, sino que no estaba en el lugar indicado. Al estar motivada, puedo dar lo mejor de mí y demostrar todas mis habilidades y conocimientos”.

Tal como vimos en el blog Paso a paso: ¿Cómo conseguir el trabajo que quieres con Smartplacement?, las etapas de reflexión y auto diagnóstico son fundamentales para luego definir el objetivo; en qué tipo de empresa quieres trabajar, en qué cargo y cuál será tu target. 

Así, con la ayuda de los expertos de Smartplacement pudo entender hacia donde tenía que apuntar, los canales para llegar a las empresas, cuál era el target y otros aspectos que cambiaron la forma en la que buscaba trabajo. A sus 35 años, esto era clave porque no quería dar malos pasos que la llevaran a retroceder en su carrera. 

Su nueva estrategia dio resultados en menos de dos meses. Hoy, ya lleva 10 meses trabajando para una fundación que día a día la mantiene inspirada y entregando lo mejor de sus capacidades. Para ella, el trabajar en una empresa con sentido es desde ahora un must.

 

Juan Pablo Díaz, marketing y publicidad

La historia de Juan Pablo es similar a la de muchos chilenos que quedaron sin empleo luego de que la pandemia causara estragos en el mercado laboral. La empresa en la que trabajaba pertenece a la industria del turismo, una de las más afectadas con las restricciones que se debieron imponer con el COVID-19, por lo que el equipo de marketing se redujo de 13 a 3 personas.

En medio de la incertidumbre, se puso a buscar rápidamente alguna oportunidad laboral. No se podía dar el lujo de estar mucho tiempo sin ingresos, ya que tiene dos hijos y gastos fijos que cubrir. 

El desafío para él era grande: dar un salto y cambiar de industria. Armar este plan no era una tarea fácil, porque significaba empezar prácticamente de cero.

“Cuando estás sin trabajo, muchas veces tomas decisiones a la rápida. Por ejemplo, postulas a trabajos en los que no te proyectas o aceptas sueldos que están por debajo de tus expectativas. Me vi mandando mi currículum para cargos en los que realmente no me visualizaba. Mientras el tiempo pasaba, mi ansiedad crecía y también las interrogantes. Me preguntaba si mi perfil era realmente atractivo para el mercado laboral. Al tener gran parte de mi experiencia en empresas ligadas al turismo, no sabía si podía ser interesante para compañías de otros rubros. Tampoco sabía cómo mejorar mi currículum o que errores estaba cometiendo al postular, pero mi búsqueda no estaba dando los resultados que esperaba. El programa de outplacement me ayudó a hacer un cambio de estrategia y de mentalidad. Hice varios ajustes, desde rediseñar mi currículum hasta preparar las entrevistas”.

Desde hace un año, Juan Pablo está en una empresa del retail, liderando al equipo de marketing. Si bien se ha encontrado con muchos desafíos nuevos, ha logrado tomar su experiencia para sortearlos con éxito. 

 

Alejandra Meza, abogada

A pesar de trabajar para un estudio de abogados en el que era bien considerada, a Alejandra le faltaba dar un salto en su carrera. Las posibilidades para seguir creciendo en esa empresa eran pocas y tampoco le parecían suficientemente atractivas. Ad portas de los 40, sentía que era momento para avanzar. 

Estuvo alrededor de un año con la idea de cambiarse de trabajo, pero no eran muchos los esfuerzos que podía hacer para concretarlo. Principalmente porque su rutina es demandante y casi no tenía tiempo para dedicar a la búsqueda. 

“Vi el programa de Outplacement como una inversión. Anteriormente mi búsqueda se limitó a escribir o juntarme con algunas personas de mi red de contactos, pero estas jugadas no daban frutos. La verdad es que no tenía tiempo para hacer una búsqueda un poco más pensada o sentarme a analizar dónde quería estar. Aposté por Smartplacement porque necesitaba optimizar mi tiempo y que cada esfuerzo que hiciera apuntara hacia un objetivo en concreto”.

No fueron muchas las postulaciones que Alejandra tuvo que hacer. De hecho, en tres meses ya estaba contratada por una empresa como subgerente del área legal. La estrategia fue afinar el ojo para no perder el tiempo en procesos de postulación que no fueran de su interés o no tuviera posibilidades reales de ser escogida. 

“Otro punto a favor del programa es que aprendí a negociar mi sueldo y los beneficios. Por ejemplo, como soy mamá me interesa tener cierta flexibilidad en la modalidad de trabajo. Nunca antes había podido plantear estos puntos y sentir que no estaba poniendo en riesgo mi postulación”.


Como Fernanda, Juan Pablo y Alejandra tenemos muchos casos de éxito que han logrado encontrar su trabajo ideal, gracias al programa de Outplacement. Por eso, si quieres aclarar todas tus dudas al respecto, te invitamos a agendar una reunión gratuita.

 

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