Cuatro preguntas que hay que formular antes de emprender

A la hora de decirse si apostar o no por un proyecto propio, no debemos dejarnos guiar por las emociones, por mucho que nos apasione la idea de emprender. Es importante evaluar bien las condiciones en las que estamos, con la idea de evitar llegar al peor de los escenarios: que los esfuerzos terminen en un fracaso.

Preguntas que se deben hacer antes de emprender

A nadie le cabe duda que emprender en un negocio propio es algo apasionante, pero es por lo mismo que no debemos dejarnos guiar por las emociones. Después de todo, muchos proyectos fracasan porque quien emprende se lanza “a la piscina” sin tener claro un plan de negocio y tampoco cuál es su mercado ni perfil de clientes.

Por lo mismo, es importante tener un proceso de introspección previo, que permita evaluar bien la factibilidad del negocio y, de paso, tratar de cometer los menores errores posibles.

¿Soy viable como empresario?

Esta pregunta es clave, sin embargo, es la que menos se plantean las personas al decidir emprender. Es necesario evaluar con honestidad las habilidades, gustos y puntos débiles propios, antes de determinar si sería buena idea convertirse en emprendedor. Por ejemplo, si te cuesta comunicarte con otro o eres muy tímido, será difícil que lleves un negocio donde necesitas relacionarse comercialmente con muchas personas.

¿En qué consiste mi idea de negocio?

Es clave saber si tu empresa será factible en el tiempo. Para poner en marcha una empresa es fundamental tener clara la idea de negocio y conocer la materia.

Si quieres buscar financiamiento o vender tu proyecto, lo básico es que puedas describir el producto o servicio que vas a ofrecer, analizar para quién está pensado, por qué será valorado por los potenciales clientes y cuál será el modelo de negocio. Una vez que tengas respondidas estas interrogantes, te podrás dar cuenta si el emprendimiento tiene posibilidades reales de arrancar.

¿Cuál es mi mercado?

Luego de analizar las bases de tu negocio, debes enfocarte en estudiar al mercado que te dirigirás, otro punto muy importante en el análisis de viabilidad.

Estudia si hay un mercado para lo que vas a ofrecer, si puedes ocupar un espacio en dicho mercado y en caso contrario, si es que puedes crear la necesidad que vas a cubrir. En este punto hay que tener cuidado, pues no es fácil despertar un nuevo interés en los consumidores, más aún en empresas no tan grandes. Mejor enfócate en hacer bien lo que tus competidores hacen mal.

¿Cómo es mi cliente objetivo?

Primero te analizaste a ti como emprendedor, luego a tu negocio y al final a tu mercado. El siguiente paso es conocer al cliente, y para esto debes averiguar si existen potenciales consumidores dispuestos a pagar por lo que vas a ofrecer y quiénes son, dónde viven, qué hacen y por qué comprarían tu producto o servicio.

Tal vez hacer una investigación de mercado puede sonar difícil (y cara) de realizar, pero hay muchas formas simples y económicas de hacerlo, partiendo por buscar estudios o información por Internet, observar cómo se comportan tus potenciales consumidores con tu competencia, hacer encuestas y entrevistas a personas que puedan ser potenciales clientes, pero recuerda que es muy importante que esta investigación se haga con personas “con nombre y apellido”.

No supongas el estado del mercado sin haberlo conocido antes a través de personas reales que constituyen parte de este, ya que se pueden suponer muchas aseveraciones que aplicadas en la realidad no son tal, además entre más detalles conozcas de tu futuro público, mejor.

Conoce la asesoría que entrega SmartPlacement para emprendedores