La política en la organización

Hace poco uno de mis alumnos del Outplacement me contaba que había salido “por temas políticos” de su empresa. ¿Cómo es eso?, le pregunté. Claro, es que yo no era de los “amiguis” del jefe y por eso me terminó sacando. Esa pequeña conversación es lo que inspiró esta columna: la importancia de la política en la empresa.

Durante tiempos inmemoriales hemos confundido el concepto de política con “chupamedias” o aquel gracioso personaje “espinita” de la TV. Pero en realidad la política es mucho más que “caerle bien al jefe”.

La política al interior de la organización tiene que ver con relaciones, con movilizar, con traer puntos a la mesa que son relevantes, con la agenda, con hacer equipos, con poner una pausa también. Pero de una manera elegante, sutil, no confrontacional, con cautela. En mi vida he conocido ejecutivos muy exitosos laboralmente, pero no tan brillantes. Y también he conocido gente brillante, pero no tan exitosa laboralmente. Uno creería que el más inteligente es el que le va a ir mejor, ¿o no?

En la vida no siempre avanza el más inteligente, sino el más hábil. Que, aunque se parecen, no son lo mismo. Y quien es político, suele ser hábil. Dice lo que tiene que decir, en el momento justo, sin pisar a nadie en forma directa ni confrontar abiertamente, sabe generar aliados. Y también sabe callar.

Muchas veces he escuchado a profesionales decir “yo al trabajo voy a trabajar y no a hacer amigos”. ¡Ojo! La política requiere de acercamientos, de relaciones, de confianzas, de consensos. Si no participas en nada y te dedicas ciegamente a hacer tu trabajo, estás pasando por alto un ingrediente fundamental del desarrollo de carrera en el mundo ejecutivo. A ver, no se trata que tienes que ir a todo o poner tu casa para cada asado. ¡Pero tampoco funciona el aislamiento total! Equilibrios.

Injustamente hemos construido caricaturas alrededor de quienes manejan la política a la perfección y les hemos puesto muchos títulos y nombres peyorativos. Pero ser político es un arte, que se puede y debe desarrollar. No sólo para tu carrera ejecutiva, sino que en la vida también. Ser político requiere agudeza, timing, asertividad, autocontrol. Características difíciles de desarrollar en nuestros tiempos donde queremos todo en forma inmediata, ¡ahora ya!

Me encuentro con muchos ejecutivos que dicen “yo soy directo y digo las cosas pan pan, vino vino”. Quizá por eso saliste, les digo. El político no se calla, sino que elige el momento y la forma correcta para decir las cosas. No confundamos. Esto no es binario. No se trata de decir todo sin filtro o no decir nada y callar de manera cómplice.

No es una virtud decir todo lo que uno piensa, pero sí pensar todo lo que uno dice. Seguramente te ha tocado ver personas en tu organización que son “menos inteligentes o brillantes que tú”, pero que sin embargo han sido capaces de desarrollar una carrera laboral más larga que la tuya en esa empresa o que van ascendiendo silenciosamente mientras tú sigues buscando tu nuevo desafío laboral.

No te fíes solo de tu inteligencia porque con eso ya no alcanza. El mundo de hoy (y del futuro) va a requerir más “política” en todo sentido, así que sugiero que la aprendas y la practiques. Tampoco te olvides del refrán “hay que estar cerca de los amigos, pero mucho más cerca de los enemigos”. Hay una serie que te puede divertir: House of Cards (Netflix).